
Una figura del Corazón Inmaculado de María, de yeso con relieve, que colgaba encima del lecho matrimonial, derramó lágrimas durante cuatro días. Se verificó científicamente con una comisión de médicos (1 de septiembre de 1953), que las lágrimas eran humanas humanas. El fenómeno fue declarado auténtico el 12 de diciembre del mismo año, por los obispos de Sicilia reunidos en conferencia episcopal.
En el año 2003, Un enviado especial de Juan Pablo II concluyó las celebraciones del Año Mariano de Siracusa en el Santuario de la Virgen de las Lágrimas, 50 años después del milagro. El santuario había sido consagrado por el mismo papa en 1994.
Gibson A. Ortega S.
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